viernes, junio 16, 2006

Entrevista a Alfredo Hernández Sánchez (La opinión de Zamora 17 enero 2005)

De nuevo se manifiesta en esta entrevista las particulares concepciones del periodista y sociólogo Alfredo Hernadez Sánchez, muy en linea vallisoletano-capitolino: lo que el llama Castilla -en esta entrevista León ni se menciona, se lo incluye sencillamente como apéndice inmencionable - es el sumatorio de nueve provincias; está enferma, está acomplejada, es agraria (paradójicamente cada vez con menos campesinos y más tierras abandonadas),no es una nacionalidad ni un pueblo desde su particular punto de visto sociólogico, está resignada y vencida. Más de un castellanista quedará indignado con su lectura, pero sus afirmaciones distan de ser falsas.

El libro en cuestión tanto en su título como en su contenido, se basa en buena parte - sin mencionarlo- en diversos libros de Anselmo Carretero referidos al caciquismo agrario vallisoletano, sus celos anticatalanes y un castizo españolismo a prueba de bombas y otros tópicos.

Precisamente sorprende que en lo que podríamos llamar su proceso de búsqueda de fuentes, no haya querido aprender nada de lo que históricamente fue Castilla - a no confundir con las nueve provincias-, que difícilmente se puede caracterizar cuando se la conoce a fondo con centralismo, clericalismo, imperialismo, absolutismo y otras zarandajas de los fábulas más vulgares. Claro que no le vaya usted con historia a un moderno sociólogo -¿ o científico?-

Decidido a no diferenciar Castilla y León extiende uniforme , mecánica y unánimemente el mismo mecanismo discursivo pleno de modernidades triviales e insulsas y tics del progresismo más barato a su Castilla duerolándica y pucelanocéntrica de las 9 provincias y queda así cocinado un libro más filisteo y pedestre de lo que sería conveniente sobre temática supuestamente castellana -más bien pucelana- que encima pretende hacer pasar por un texto políticamente incorrecto (eso se lo dirá a todas).

¡ Hagamos de Castilla una Cataluña!

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Aparecida en La Opinión de Zamora (17 enero 2005)

Alfredo Hernández Sánchez, Catedrático de Sociología y autor del libro "La Personalidad Social de Castilla": «No somos una nacionalidad desde el punto de vista sociológico, sino una suma de provincias» «Hemos percibido el poder, político o religioso, como una forma de absolutismo»

Acaba de publicar un libro, "La Personalidad Social de Castilla", donde ejerce la crítica, cosa muy sana, con esta tierra, con tanta historia y, quizá, con tan problemático futuro. Alfredo Hernández Sánchez, zamorano y catedrático de Sociología de la Universidad de Valladolid -y codirector del voluminoso "Diccionario" de tal materia-, habla con gran claridad. Y eso suele ser polémico en sí mismo. Lo suyo es una interpretación que, tal vez, no se atiene a lo políticamente correcto.

- "La Personalidad Social de Castilla"... ¿La personalidad social de Castilla se caracteriza, en estos días, por la falta de una personalidad... definida?
- Los procesos sociales vividos por los castellanos han dado lugar a una personalidad que se caracteriza por el miedo a la innovación, el miedo al cambio. Están por la ortodoxia, por la sumisión al poder. Es decir, se caracteriza por su rigidez social y por el conservadurismo.

- ¿Y eso es consecuencia de los poderes político, económico y religioso, que siempre van a lo suyo?
- La clase dirigente castellana ha legitimado su poder, históricamente, en función de lo que hace Castilla por España, pero nunca a la inversa: lo que hace España por Castilla. He aquí una de las bases del españolismo. Otra de sus legitimaciones está en función de las prebendas que da la Administración (el poder). Pero el problema estriba en que la clase dirigente castellana nunca ha legitimado su poder en el éxito económico, que es como se consigue en el industrialismo.

- ¿La centralización del poder es la causa de la pérdida de la conciencia regional?
- Los castellanos han percibido el poder, ya sea el político o el religioso, de una forma absolutista. Están obsesionados con el poder político. Metafóricamente hablando, lo viven como el complejo de Edipo.

- La imagen de esta tierra es un estereotipo, un tópico, desfigurador de la realidad. De acuerdo. ¿Y cómo se combaten los tales?

- A Castilla se la ha estereotipado, pero no se la ha comprendido. La generación del 98 -Unamuno, Azorín, Maeztu. Machado- y en buena medida, también, Ortega y Gasset son los culpables de este estereotipo. Interpretaban a España a través de Castilla, y esto resulta falso. Una cosa es España y otra cosa es Castilla. La única manera de acabar con los estereotipos es a través de los análisis científicos. En Castilla han predominado los teólogos, pero no los científicos sociales.

- Su identidad ha quedado subsumida en la de España. Su identificación dificulta el arraigo de la conciencia regional. ¿Un debate sobre tal cuestión solucionaría algo?
- Castilla debe ser consciente de su realidad social. Si un pueblo se recrea en el pasado, y éste sirve como un mecanismo de defensa, es que tiene grandes problemas para encarar el futuro. Voy a poner un ejemplo, ahora que se habla tanto de despoblación. Lo expongo en mi libro: a finales del siglo XVI, las nueve provincias de esta Comunidad tenían el 29 % de toda la población que existía en España. Siglo tras siglo, hemos ido perdiendo peso demográfico hasta llegar al 6 % actual. El problema de la despoblación se resuelve con el empleo, con el desarrollo económico, y no con los discursos escolásticos. Así nos ha ido y así nos va.

- «Ha centralizado el poder y ha padecido ese poder que ella misma ha creado», dice en su libro. ¿Más lo primero o más lo segundo?
- Castilla y los castellanos han sido instrumentalizados por el poder. Otra cosa muy diferente es la clase dirigente castellana, la cual, sí ha disfrutado del poder, se ha servido de Castilla para conseguir el poder.

- ¿Castilla está enferma de historia, mira demasiado hacia atrás?
- Pues sí, está enferma. Acabamos de celebrar el quinto centenario de Isabel la Católica, en el que se han dicho muchas cosas que, intelectualmente, están sesgadas. Pongamos otro ejemplo: cuando los Reyes Católicos expulsan a los judíos, Castilla sale hipotecada, pues estamos en los inicios del capitalismo comercial, y expulsamos a los que sabían del dinero, del comercio, de las artes y de los oficios. Es decir, expulsamos a nuestra burguesía, porque no se debe olvidar que el dinero corría a raudales en aquellos años en esta región. ¿Y quienes fueron los que se quedaron? Los hidalgos, los que basaban su fortuna en el botín. Eufemísticamente hablando, los rentistas. Los hidalgos forman parte del carácter social de Castilla.

- ¿Continúa siendo aldeana? ¿La modernización no se acepta, es cosa de la periferia por la incapacidad de los castellanos, o se trata de un tópico?
- Uno de los grandes problemas entre el centro y la periferia, si queremos entre Castilla y Cataluña, ha sido el debate de sordos entre una sociedad agraria (Castilla) y una sociedad industrial (Cataluña). En este debate existían y existen dos concepciones de entender a España.

- ¿Y es una nacionalidad o sólo una región?
- En Castilla no han existido las sinergias colectivas que generen una conciencia como pueblo, como comunidad. Por lo tanto, no somos una nacionalidad. Por lo menos, desde el punto de vista sociológico. Más bien, seríamos un "sumatorio" de nueve provincias, y esto sí que es un gran problema para esta comunidad.

- ¿Cree, de verdad, que el castellano tiene complejo de inferioridad? ¿No será, tal vez, que carece de engreimiento y fatuidad?
- Pues sí, aunque sea muy fuerte decirlo. El denominado orgullo castellano no es más que un mecanismo de defensa. Otro ejemplo, el dicho aquel: "aquí, en Castilla, nadie es más que nadie". Este pretendido igualitarismo es un mecanismo de defensa de complejo de inferioridad. Y podría citar muchos más ejemplos. «Aquí sólo se ha creído en el provincialismo y en el españolismo»

- ¿Y cree, también, que los valores sociales del castellano son distintos de los valores del catalán o del vasco?
- Los valores sociales del pueblo catalán y del pueblo castellano tienen muy poco que ver entre ellos. Son dos tipos de sociedades distintas. Mientras que en Cataluña se han dado los procesos de modernización social, aquí estábamos con la cultura agraria. Mientras que Cataluña vivió los efectos de la revolución industrial, aquí -en Castilla- estábamos con la fabricación de harinas y con el proteccionismo cerealístico.

- ¿Es sano, socialmente, el lamento -que raya el victimismo- por la actual situación de decadencia?
- El victimismo es una manifestación del complejo de inferioridad. El victimismo demanda la subvención. Es el proteccionismo, es el paternalismo. Los pueblos con futuro son aquellos que tienen autoestima, que tienen confianza en sus capacidades, que son capaces de modificar las inercias de la vida social. Lo único que consigue el victimismo es generar personalidades con actitudes fatalistas y resignadas.

- ¿Es una Comunidad de vencidos?
- A esta pregunta se le podría responder parafraseando a Fray Luis de León: "decíamos ayer". Pues eso sería Castilla, decíamos ayer.

- ¿Los intelectuales de Castilla y León no tendrían algo que decir en este momento, antes de que sea demasiado tarde?
- La ausencia de un compromiso de los intelectuales castellanos con esta tierra es una de nuestras grandes carencias sociales. El intelectual en Castilla, salvando honrosas excepciones, ha sido el encargado de teorizar los discursos que legitimaba su decadencia.

- Parece insinuar que esta región carece de una clase política que sintonice con el pueblo. ¿Siempre fue así?
- En Castilla se puede ser de derechas, de izquierdas y hasta de centro, pero lo que nunca se puede ser es esto: liberal, antagónico a la personalidad social de esta tierra. Para los de la derecha, como para los de la izquierda, el liberalismo ha sido el chivo expiatorio en esta Comunidad. El liberalismo es lo contrario a la ortodoxia, al dogmatismo, al proteccionismo, valores sociales -todos ellos- muy castellanos. El liberalismo como ideología nunca ha existido en Castilla. Aquí se ha dado el control social y el nacionalcatolicismo.

-- «La clase dirigente castellana, históricamente, nunca ha tenido un proyecto de Comunidad», afirma. ¿Ahora, también?
- Nunca. Cuando se genera el Estado de las Autonomías, aquí no se quería tal cosa. Se pretendía que las demás regiones del Estado español fueran como éramos los castellanos. Sólo se ha creído en el provincialismo y en el españolismo. Nos impusieron la Autonomía. Esto es así. Hoy día las cosas han cambiado, pero no mucho, porque la conciencia regional de los castellanos es mínima.

- ¿Cuál es la culpa del catolicismo, de la Iglesia, con su ortodoxia y con tanta influencia en la vida social, en la decadencia castellana? ¿Sólo ella se oponía a la modernización, como apunta?
- La Iglesia en Castilla ha tenido como substrato el nacionalcatolicismo. Los curas han sido los encargados de que aquí no hayan existido los desviados sociales. Los defensores de la ortodoxia ha sido los representantes de la Iglesia Católica. El orden social para los políticos, pero el control ideológico correspondía a los de la sotana.

- Empleo e inmigración, retos actuales y futuros. ¿Hay, aquí, políticos...?
- El gran reto de Castilla es el empleo. A partir de ahí todos los demás problemas socioeconómicos se pueden ir solucionando. Resolver el problema del empleo en Castilla equivale a solucionar el déficit estructural histórico que padece esta Comunidad.

- ¿Tampoco existe una cultura empresarial?
- No. El empresario es, en esencia, un creador, y ello no está en sincronía con la personalidad social de Castilla Aquí no han existido tales personajes, salvando honrosas excepciones. Aquí existieron a finales del XIX y principios del siglo XX los harineros, que se encargaron de abortar cualquier tipo de actividad empresarial moderna.

- «Castilla tiene un debate político pendiente, de comprensión, con los nacionalismos del Estado español, pero sobre todo con Cataluña». ¿No entiende las diferencias?
- Un debate político pendiente, y que viene de siglos, porque son dos formas de entender a España. Mientras que para los castellanos España es Tesis (pensamiento escolástico), para los catalanes España es Síntesis (pensamiento dialéctico).

- ¿No resultará, invirtiendo los términos de su tesis, que Castilla también es "chivo expiatorio" del catalán?
- Es cierto. Castilla resulta para Cataluña, y ésta para aquélla, un chivo expiatorio. Mutuamente. De ahí lo del debate pendiente. La única forma de solucionar esta incomprensión es a través de la comunicación política.

- Presenta al castellano como intolerante, dogmático, egocéntrico, particularista, resignado... «Aquí, el espíritu de cruzada sigue en el inconsciente colectivo», afirma. Me temo que su libro va a ser más apreciado fuera que en casa.
- Soy consciente de que este libro se aparta de lo políticamente correcto, pero mi obligación como intelectual no está en alabar al poder y mucho menos en manipular los datos, flaco servicio le estaría haciendo al pueblo castellano. También es cierto que este libro no se halla dentro de la ortodoxia, de la historia oficial. Es otra forma de entender los procesos sociales y el devenir de esta Comunidad. Por eso, este libro será más leído fuera de Castilla que dentro, algo que me entristece enormemente.

- Con Zapatero, ¿se siente más seguro ante el futuro de España, cuando se anuncian planes independentistas y reformas estatuarias?
- Sobre el plan Ibarretxe, solamente dos cosas. La Constitución Española no concibe la secesión de una parte del territorio español. Punto final. Por otra parte, el plan Ibarretxe está deslegitimado moral y éticamente cuando ha sido aprobado en el Parlamento vasco por quienes apoyan la violencia como instrumento para conseguir objetivos políticos. Los demócratas nos diferenciamos de los fascistas en que pensamos que el fin nunca justifica los medios.

- Mal el unitarismo y mal lo de ahora, cuando se pronostican "tortas". ¿Ese es el nuevo, o el eterno, "problema" de España?
- En la democracia, los conflictos nunca se resuelven a tortas. Se resuelven racionalmente. El señor Ibarretxe se ha introducido en una espiral que puede desembocar en una locura colectiva. Espero que se imponga la racionalidad.

«Esta es una Comunidad subvencionada, y algunos lo saben muy bien»
- Si Castilla fuera fuerte, económicamente, ¿existirían los intentos separatistas?
- Una gran parte de los problemas del Estado español está en los desequilibrios socioeconómicos interregionales. Por ejemplo, Castilla es una comunidad subvencionada, y esto lo saben muy bien los catalanes.

- ¿El españolismo es cosa mala?
- Los castellanos se consideran depositarios de la esencia de España. En tiempos de la República se decía: "si a España no la defiende Castilla, nadie la defiende". Y esto es una barbaridad. O la exageración de Ortega al decir: "sólo cabezas castellanas tienen órganos adecuados para percibir el gran problema de España". Esto es españolismo.

- Insinúa que a la derecha sólo le interesa el poder. Pero eso le ocurre a todos, de un lado y de otro.
- El poder en Castilla no es un problema de la derecha, es un problema de toda la clase política, sean éstos de derechas o de izquierdas. Ocurre que como gobierna la derecha, se confunde el poder con la derecha, pero el poder afecta a ambas formaciones políticas. Porque las dos están socializados en el poder como instrumento de sublimación social.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Eres un impresentable. Y efectivamente León está mucho mejor sin Castilla. PD.Alfredo: Limpiate los dientes para salir en televisión. ¿Y tú te consideras un intelectual?