viernes, febrero 19, 2010

Don Manuel

Juan Callejo San Frutos
Decir D. Manuel en Segovia es referirse a D. Manuel González Herrero, persona conocidísima que nos dejó hace ya cuatro años y su recuerdo es imborrable, mucho más para los que gozamos de su amistad más cercana a lo largo de muchos años. Conocí a Manolo desde la infancia, fuimos compañeros de escuela (el decía que una cosa es la escuela y otra el colegio). Nosotros íbamos a la escuela, la escuela de los Huertos, donde impartían enseñanza maestros como D. Ignacio, D. Gabriel, D. Desiderio y otros, siendo director D. Eustasio que lucía una venerable barba. Conservo en la memoria algunos recuerdos y anécdotas de aquellos tiempos referidos a nuestro amigo: había una pequeña biblioteca en la que yo era el "bibliotecario" y el principal "cliente" era Manolo que ya entonces manifestaba su afición a la lectura, a aprender. En una ocasión yo llegué un poco retrasado a clase, encontrándose en ella un señor que muy seriamente me reprochó mi falta de puntualidad y me ordenó ir al despacho del director diciéndome: "ahora iré yo para hablar con él", mis condiscípulos contenían la risa y yo cumplí la orden quedando a la espera de acontecimientos, llegó el director que resultó ser la misma persona que me había enviado, D. Eustasio que se había afeitado su característica barba; a mi regreso al aula más corridito que una mona fui la rechifla de todos mis compañeros a excepción de Manolo que me defendió, mostrando así su predisposición a la abogacía según recordábamos después jocosamente.

Siempre tuvo el humor de fina ironía y así al grupo de amigos de los domingos y festividades pateábamos la Serrezuela y diversas tierras de Castilla, lo denominaba "los caminantes reflexivos" aludiendo a las reflexiones que hacíamos tomando un tentempié y que con el transcurso de los años íbamos siendo menos caminantes y más reflexivos. Yo dada mi afición a la fotografía tomaba fotos de enebros, sabinas, iglesias, fuentes .... y siempre me llamaba el día antes y me recordaba "no te olvides de los aparatos" refiriéndose a mi modesto equipo fotográfico. Me cabe la satisfacción de haber visto publicadas muchas de mis fotografías en algunos de sus libros; en uno de ellos se refiere a mí como "canónigo laico y retratista" por el hecho de habitar mi casa en el barrio de "las conongías".

Al recordar estos datos que junto a otros muchos bullen en mi memoria, rindo tributo de afecto a este entrañable amigo que amó de forma extraordinaria, además de a su familia, a la tierra en que nació, a Castilla y a España. Nació el día de la festividad de San Millán, patrono de Castilla y de los castellanos y rindió su viaje por la vida un 14 de Febrero, día de los enamorados.

Descansa en paz querido amigo

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